2014: Santiago

Explosión de júbilo y sensación de orgullo por lo que uno ha conseguido. Esta es la emoción que se siente al llegar a la plaza de Obradoiro. Y no es un invento. Mirar las caras de los peregrinos cuando llegan es fantástico!

Abrazados y felicitados todos, empiezan las fotos, empieza aquellas ganas de inmortalizar el momento, un momento muy ancho, de gran volumen pues cada foto conlleva muchos momentos del Camino. Hacerse la foto delante de la Catedral significa haber subido a O'Cebreiro, haberse mojado en Astorga, tener que subir arrastrando la bici en el Alto de la Cruz, sufrir muchísima calor en el canal del Ebro antes de llegar a Tudela, quedarse sin agua en el Pantano de Sau o subir por narices en la primera etapa al Monasterio de Sant Pere de Rodes. No, no es solo una imagen. 

1r dia. Justo en la salida. Port de la Selva
En Montserrat. La Moreneta
Sancho Panza. Alcalá del Ebro


Carrión de los Condes
Llegó el momento de recoger el merecido "premio", la Compostelana. Mi segunda compostelana.

Nadie piense que es un simple papel, original eso si, pero nada más.  Muy equivocado está.

Al igual que las fotos, la Compostelana lleva consigo meses de preparación, de entrenos, de dudas, de alguna que otra lesión, de muchos Km en bicicleta, de momentos de alegria, de momentos de soledad, de esfuerzos físicos y de cansancio, de nuevas amistades y de añoranza de la família. La Compostelana va cargada.

Es tambien el momento de despedirse de los amigos que has echo en el Camino. De un Antonio cargado de vitalidad que con su sube-baja, con sus sprints, con el ruido característico del rodar de su bicicleta y su buen humor, nos ayudaba en los tramos más duros.  Con una Chus más tranquila, serena pero con unas piernas envidiables. Una máquina encima de la bici. Aunque andaluza, era la que ponía "seny" (sentido común) al grupo. O con Jesús, el joven de la familia de Andujar: servicial y colaborador a más no poder. Facilitó mucho en muchas ocasiones. Miguel Angel, Miguelón para los amigos (y así me gusta llamarle). Un diesel. Nada lo frena. Coge un ritmo y no lo suelta. Cargado de bondad y tambien un personaje excepcional (pero no es del Barça y si de la Real Sociedad) jaja!.

Los amigos de Cartagena, padre e hijo (Delmi y Raul). Valientes donde los haya: vamos papá? Y así lo hicieron: compran el material y mañana se van a Santiago. Delmi, ni se acordaba del tiempo que no iba en bici, Raúl dispuesto a hacerle el Camino fácil a su padre. Los dos lo consiguieron. Los dos triunfaron.

Intentamos comer juntos en uno de los mercados de Santiago donde puedes comprar el pescado y marisco y donde allí mismo hay un restaurante que te cocina la compra. No pudo ser: estaba abarrotado.

Después de comer ya si todo el mundo tomó su camino de vuelta. Hasta siempre amigos!!

Yo me quedé con Miguelón. Él cogía el bus al dia siguiente, pocas horas después que yo continuara camino hacia Finisterre.

Paseo por Santiago, cena de pescadito y a descansar. El Camino les había terminado.




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